¿Cómo puede ser posible? Sí, las hay, como también hay iglesias avaras, idólatras, adúlteras, chismosas, vanidosas, ostentosas, hechiceras, etc., pero ¿Por qué? Encuentre aquí una respuesta.

Muchos ministros e iglesias promueven cruzadas de oración y marchas por la paz de Jerusalén, y lo hacen en base al Salmo 122. Pero nosotros, los mismos "cristianos", tenemos la culpa de que Israel esté bajo ataque, porque Cristo Jesús hizo en la cruz lo que era imposible para el hombre: Hacer la paz entre Israel y los demás pueblos (Efesios 2.13-16).

De acuerdo con la situación específica de cada quien, en algunos casos sería preciso convertirse en eunuco para que no se le cerrara la puerta del reino.

En las escrituras podemos ver que las vidas del apóstol Pablo y de Apolos (que no era apóstol), están íntimamente relacionadas. Los eventos referidos más adelante están presentados en una cronología aproximada, lo cual nos permite echar un vistazo más cercano a las circunstancias, facilitando de esta manera el entendimiento del mensaje.

Muchas personas que se congregan fielmente en la iglesia, en realidad no están en Cristo Jesús (Romanos 8.1) porque permanecen en sus delitos y pecados, haciendo lo que no quieren y no haciendo lo que sí quieren (Romanos 7.18-24), porque siguen estando bajo el dominio del pecado por estar sujetos a la ley de Moisés (1a. a Corintios 15.56), como si Jesucristo no hubiese llegado a ellos (Romanos 7.25) para hacerlos libres, para redimirlos (Gálatas 4.5).

A fin de predicar la verdadera doctrina de Cristo Jesús, es indispensable que en la congregación existan ministros que manifiestan el poder de Dios con señales, milagros y prodigios, porque el reino de los cielos no consiste en palabras, sino en poder. Los ministros que andan envanecidos con cualidades humanas, resultan reprobados.

Para que usted pueda entrar al reino de los cielos y recibir la herencia, es indispensable que usted haya sido adoptado por Dios como SU hijo. Encuentre en esta lectura cuáles son los requisitos que le permitirán alcanzar esa gracia -y las demás- solo por medio de Jesucristo (Juan 1.17).

Durante los 7 años de la fiesta de las bodas del Cordero, Jesucristo va a entregar galardones no por la intención ni por el esfuerzo, sino para premiar los resultados. Conozca cuál es la práctica más común en las iglesias, por la cual muchos ministros no serán galardonados, si es que acaso se salvan (Mateo 7.22-23 y Lucas 13.27).

Para muchos ministros, que se basan en alguna cita bíblica, la participación de la mujer en la iglesia debe reducirse a ser espectadora. Otros, solo les permiten orar, leer y cantar. Unos más, inclusive le constituyen con algunos ministerios o diaconados, pero lo hacen no por una convicción bíblica, sino porque se conforman a este mundo y le dan culto a las tradiciones de los pueblos (Colosenses 2.8).

Los ministros que enseñan en la iglesia el sometimiento a algunas ordenanzas de la ley, lo hacen porque no han entendido lo que la ley significa: Entre otras consecuencias, que le da fuerza al pecado sobre ellos (1a. a Corintios 15.56) y los mantiene siempre encerrados bajo condenación (Gálatas 3.22-25). Por eso es que le están dando un uso ilegítimo (1a. a Timoteo 1.7-11).