35.- Gays en el púlpito

Si de aquello que solo era figura y sombra de las cosas celestiales, a Moisés le fue ordenado que lo hiciera conforme al modelo que se le mostró en el monte (Hebreos 7.44 y 8.5), ¡¡¡cuánto más nosotros!!!, si queremos ser ministros competentes del nuevo pacto, no de la letra de la ley (2ª. a Corintios 3.6), deberíamos obedecer al Señor (Juan 14.15), y edificar la iglesia de Jesucristo conforme al diseño que ÉL nos muestra en el nuevo testamento, porque Jesucristo no es mediador del viejo pacto (Hebreos 12.24), como tampoco es sacerdote levita del pacto antiguo (Hebreos 7.11).

 

Repetimos muchas veces que el Señor viene ¡pronto, ya!; pero eso no sucederá todavía mientras nosotros no hayamos forzado a entrar (Lucas 14.23) a la plenitud de los gentiles (Romanos 11.25). ¿Está Israel bajo ataque? Es culpa de nosotros los “cristianos”, porque hemos nulificado la obra pacificadora de Jesús en la cruz entre Israel y los demás pueblos (Efesios 2.14-16), al hacer que las iglesias vivan en una mezcla de ambos pactos, siendo que Jesucristo ya abolió el antiguo (Efesios 2.15, Colosenses 2.14, Hebreos 7.18-19 y otras), porque cuando se hace un nuevo testamento, el anterior pierde su validez (Hechos 8.13).

 

Si viviéramos en la locura de la cruz como lo hicieron aquellos ministros competentes de la iglesia primitiva, Dios continuaría hoy y durante todas las generaciones (Efesios 2.7) destruyendo la sabiduría de los sabios y el entendimiento de los entendidos, por las demostraciones de poder (1ª. a Corintios 1.19 y 18, 2.4-5 y 4.20), manifestadas a través de ministros aprobados (Hebreos 2.4). Haciéndolo así, la iglesia cumpliría su misión en este mundo ante los principados y potestades celestiales (Efesios 3.10) que todavía lo gobiernan por la escasez de ministros que militen en el Espíritu (2ª. a Corintios 10.3-5). 

 

 

GAYS EN EL PÚLPITO

(Solo para ministros de la iglesia)

 

  1. En tiempos recientes hemos leído noticias acerca de pastores y ministros de iglesias cristianas que practican perversiones sexuales como la homosexualidad, la violación, la pederastia, etc. Aparentemente se trata de unos pocos casos aislados, sin embargo, aunque así fuera, estos hechos hablan de la deplorable condición espiritual en que se encuentran muchas iglesias cristianas en general.

 

  1. Algunas personas cristianas e incluso líderes de iglesia consideran que esto es algo normal que suceda, pues el trigo y la cizaña crecen juntos; pero estas palabras de Jesús están incorrectamente aplicadas a la vida de la iglesia en lo que se refiere a los ministros. Veamos por qué:

 

  1. Ciertamente, todos hemos llegado a la iglesia llenos de pecado, quiénes de esto, quiénes de aquello; pero nadie llegó limpio, éramos cabritos. Por esa realidad inevitable es que en cada iglesia debiera haber por lo menos cinco ministros competentes (Efesios 4:11-13), desempeñando cada uno su actividad de acuerdo a los dones recibidos de parte del Espíritu Santo para encargarse de limpiar a los cabritos de todo lo malo que traen.

 

  1. Años atrás, estos ministros también habían llegado a la iglesia llenos de pecado, pero los ministros de aquel entonces, haciendo la labor en un equipo ministerial, desarrollaron su función en el cuerpo y perfeccionaron a los santos, haciéndolos aptos para que ahora también ellos desempeñen la obra del ministerio porque fueron perfeccionados, ya alcanzaron la estatura de Jesús.

 

  1. De esta manera, los ministros de hoy como ya han sido perfeccionados,   alcanzaron la estatura del varón perfecto y son ahora competentes para la obra del ministerio, por lo tanto, fueron ungidos para ello después de que aprobaron esta condición espiritual.  Si los líderes obedecieran este modelo marcado por Dios, no existirían en las iglesias los ministros perversos que todavía viven en pecado; pero vemos que su desempeño es otro.

 

  1. Sí,  muchos líderes de las iglesias proceden contrariamente a lo que Dios manda, porque por las razones innumerables que usted quiera, el caso es que se nombra como ministros a personas improvisadas en base a sus cualidades humanas naturales. Estos nuevos ministros no pasaron por la experiencia de haber sido perfeccionados por los anteriores ministros para que ejerzan la obra del ministerio, por lo tanto, no son aptos, no son peritos arquitectos, y van a permanecer irremediablemente en sus delitos y pecados. De lo anterior se desprende todo lo demás.

 

  1. En Romanos 1:21-32 Dios nos dice cómo es que suceden estas cosas que no deberían suceder en las iglesias. Léalo y pasamos a comentarlo:

 

  1. Lo primero que nos dice Dios al respecto es que estas personas, habiéndole supuestamente conocido, no aprendieron a darle gloria a Él. Esto es interesante, pues en todas las iglesias existe la costumbre de gritar “Gloria a Dios”, pero sabemos que Dios no se deja mover por las apariencias ni por las palabras de nuestra boca, sino por las intenciones del corazón. Es decir que estos nuevos ministros no fueron limpiados de su necedad, de sus razonamientos que ya traían del mundo, y por lo tanto, al conocer a Dios intelectualmente, se envanecieron.

 

  1. Vemos qué tan delicado y exigente es Dios, que solo por esa condición espiritual de necedad y envanecimiento hace una cosa tan terrible como entregarlos a la inmundicia de deshonrar sus propios cuerpos encendiéndose en pasiones lujuriosas hombres con hombres y mujeres con mujeres.  Tan solo porque el “Gloria a Dios” que pronuncian sus labios, no procede de un corazón que haya sido adecuadamente limpiado. ¡Qué delicado es enseñarle a las ovejas a repetir frases bonitas que están en la biblia, sin llevarlos antes a alcanzar la condición espiritual necesaria para ello (Mateo 7:6).

 

  1. En el versículo 28 de Romanos 1  podemos leer que Dios entrega a tener una mente reprobada a todos aquellos que no pasan la prueba de tener en cuenta a Dios, de conocerle. Y aquí pasamos a otro punto: Muchos institutos bíblicos entregan título de ministros a personas que aprobaron un examen de conocimiento intelectual de la biblia; pero en la iglesia deberían ser ungidos como ministros no los que portan un diploma, sino solamente aquellos que aprueben tener un conocimiento espiritual de Dios, no intelectual.

 

  1. Dicho de otra manera: Todos los que actualmente desempeñan un ministerio porque fueron puestos allí en base a un examen intelectual o a sus cualidades humanas, en realidad no han sido aprobados por Dios para la obra del ministerio, y por lo tanto su mente está reprobada. Lamentablemente, esta es la condición de más de la mitad de los líderes de las iglesias cristianas, razón por la que muchos Le escucharán decir: “Nunca os conocí, apartaos de mi malditos, hacedores de maldad”.

 

  1. Precisamente esa es la razón por la que en muchas iglesias existen unos ministros que son avaros y sacan provecho de los diezmos y las ofrendas, otros envidiosos o engañadores que tuercen la palabra para lograr sus objetivos vanidosos de dominio y distinción; otros soberbios y altivos que se aprovechan de la ingenuidad y sencillez de las ovejas, algunos más que no tienen misericordia del rebaño, etc.

 

  1. Hay una diferencia sustancial entre los ministros que, estando reprobados, no pueden entrar al reino: Aquellos que son presa de las concupiscencias sexuales, lo hacen a escondidas; sin embargo los otros lo hacen en público, incluso desde el púlpito, pues citando algunas frases de la biblia logran sus propósitos personales, al fin que las ovejas son miopes y no distinguen fácilmente entre la verdad y la mentira.

 

  1. Hay quienes se alarman mucho por los pecados sexuales de los ministros, lo cual es correcto; pero la misma alarma debiera suscitar cualquier otro de los pecados anunciados en romanos 1.29-31 o en otras partes de la biblia, porque cualquiera de ellos es impedimento para entrar al reino de los cielos, y ¿cómo es posible que en la iglesia esté ministrando una persona que no puede entrar al reino?

 

  1. Entonces ahora pasamos a este otro punto, que si en las iglesias se autoriza que ejerzan el ministerio personas que no son espiritualmente aptas, esta situación pone en clara evidencia la ineptitud de los ministros superiores que aprobaron el nombramiento, ya sean líderes de iglesia o de institutos bíblicos.

 

  1. La existencia de ministros en situación permanente de pecado, no solamente habla mal de ellos mismos que no fueron honestos al aceptar el encargo, sino también reprueba a quienes los nombraron. Queda evidentemente manifiesto que ni los apóstoles, ni los profetas, ni ningún otro ministro anterior tenía la condición espiritual necesaria para discernir la situación del prospecto a ministro, para descubrirle sus intenciones secretas.

 

  1. Era absolutamente indispensable que los ministros anteriores tuviesen la competencia de militar con autenticidad en el espíritu, de manera que ellos debieron haber destruido las fortalezas, derribado los argumentos y las altiveces que hay en todas las ovejas (2ª. a Corintios 10:4-5), las cuales se oponen a que tengamos un conocimiento espiritual de Dios. Al diablo no le preocupa que tengamos un conocimiento intelectual de Dios, también él lo tiene.

 

  1. En otras palabras, la existencia de ministros que están en situación de pecado permanente de cualquier tipo y no solamente lo relacionado con el sexo, es prueba contundente de la ineptitud espiritual de todos los ministros relacionados con él en la iglesia. Reprobados todos.

 

  1. Respecto a los ministros incompetentes de este tipo, solo puede reconocerse que acaso ellos están dirigiendo una empresa familiar, un consorcio de accionistas sustentados por los diezmos y las ofrendas, o a lo sumo, un club religioso en el cual es preciso dar entretenimiento; pero no se puede decir de ellos que estén edificando la iglesia de Cristo, pues solamente están siguiendo sus propios caminos, viviendo en la idolatría de sus pensamientos (Jeremías 18:15). Cuando sus obras sean pasadas por fuego, irremediablemente se van a quemar.

 

  1. De esta manera queda al descubierto otra situación: Todos estamos dispuestos a que Dios nos ministre directamente, que Jesús o su Espíritu Santo se encargue de todo y termine de hacer la obra en nosotros hasta perfeccionarla (Filipenses 1:6). Sin embargo, Dios no hace las cosas como nosotros queremos, sino que –así como empezó la obra a través de otros- tiene establecida la manera de terminar la obra también a través de otros,  esto es de los cinco ministros constituidos por Jesús en cada iglesia para que perfeccionen a los santos (Efesios 4:11). Pero por orgullo y soberbia, a nadie le gusta someterse a la autoridad espiritual de los ministros competentes para que ellos hagan su trabajo, y además ¿dónde están este tipo de ministros, que tampoco se aprovechen de la ingenuidad de las ovejas?

 

  1. Parece ser que los cristianos leen estas noticias con indiferencia o apatía, como considerando que después de todo es un problema personal de aquellos ministros y que no afecta en nada a las otras iglesias. La realidad no es así, puesto que si somos un solo cuerpo, lo que le sucede a un miembro le afecta a todo el cuerpo (1ª. a Corintios 12:26).

 

  1. Por otra parte, recordemos que “como es el espíritu del sacerdote, es el del pueblo”. Esto significa que en aquellas iglesias donde haya algún ministro con perversión sexual –o con cualquier otro pecado-, algunas de las ovejas se contaminarán con ella, ya sea por la imposición de manos o por la aceptación de sus mensajes o de la persona. Y aunque el ministro sea descubierto o se desenmascare a sí mismo, las ovejas que hayan sido contaminadas permanecerán en la misma situación mientras no sean atendidas por un ministro auténtico que les ministre liberación.

 

  1. Recordemos también que Jesús viene por una iglesia santa, sin mancha, sin arruga, ni cosa semejante. Es decir que no viene por unos miembros santos, por las partes del cuerpo que sean santas. No viene por una novia desmembrada, sino por un cuerpo entero, por eso es que Dios nos manda que nos exhortemos unos a otros a las buenas obras. Una muy buena obra sería edificar la iglesia como él lo manda, una muy mala obra es edificarla según nuestras propias y brillantes ideas, lo cual es idolatría practicada por muchos ministros (Jeremías 18:15).

 

  1. De esta manera vemos que en realidad es fácil poner a prueba a los que se dicen ministros y descubrir a los que son mentirosos (Apocalipsis 2:2), pero existen dos impedimentos para que esto suceda: Por una parte, las ovejas están satisfechas con las gotitas que se les administran para alimentar sus ilusiones, aunque sean vanas; y por otra, ningún ministro les enseña para que aprendan a poner a prueba, pues no les conviene a los engañadores y fraudulentos.

 

  1. Muchos ministros “cristianos” anhelan agradar a Dios; pero al igual que los católicos, no se dan cuenta de los engaños en los que el enemigo los tiene atrapados, y cuando con la biblia en la mano se les quiere hacer notar su situación, reaccionan con rechazo e incluso con condenación, otra vez al igual que los católicos.

 

  1. NO ha faltado algún ministro que pretenda justificar a los ministros gays porque también son criaturas de Dios, en una clara y abierta oposición a la palabra.

 

 

 

 

Ministerio de Enseñanza “Nuevo Pacto”

Hno. Ramón Oliveros Ochoa

Hna. María Auxilio Carrillo Ibarra

Diciembre de 2011