30.- Significado de la ley

Si de aquello que solo era figura y sombra de las cosas celestiales, a Moisés le fue ordenado que lo hiciera conforme al modelo que se le mostró en el monte (Hebreos 7.44 y 8.5), ¡¡¡cuánto más nosotros!!!, si queremos ser ministros competentes del nuevo pacto, no de la letra de la ley (2ª. a Corintios 3.6), deberíamos obedecer al Señor (Juan 14.15), y edificar la iglesia de Jesucristo conforme al diseño que ÉL nos muestra en el nuevo testamento, porque Jesucristo no es mediador del viejo pacto (Hebreos 12.24), como tampoco es sacerdote levita del pacto antiguo (Hebreos 7.11).

 

Repetimos muchas veces que el Señor viene ¡pronto, ya!; pero eso no sucederá todavía mientras nosotros no hayamos forzado a entrar (Lucas 14.23) a la plenitud de los gentiles (Romanos 11.25) y se halla predicado este evangelio del reino (Mateo 24.14). ¿Está Israel bajo ataque? Es culpa de nosotros los “cristianos”, porque hemos nulificado la obra pacificadora de Jesús en la cruz entre Israel y los demás pueblos (Efesios 2.14-16), al hacer que las iglesias vivan en una mezcla de ambos pactos, siendo que Jesucristo ya abolió el antiguo (Efesios 2.15, Colosenses 2.14, Hebreos 7.18-19 y otras), porque cuando se hace un nuevo testamento, el anterior pierde su validez (Hechos 8.13).

 

Si viviéramos en la locura de la cruz como lo hicieron aquellos ministros competentes de la iglesia primitiva, Dios continuaría hoy y durante todas las generaciones (Efesios 2.7) destruyendo la sabiduría de los sabios y el entendimiento de los entendidos, por las demostraciones de poder (1ª. a Corintios 1.19 y 18, 2.4-5 y 4.20), manifestadas a través de ministros aprobados (Hebreos 2.4). Haciéndolo así, la iglesia cumpliría su misión en este mundo ante los principados y potestades celestiales (Efesios 3.10) que todavía lo gobiernan por la escasez de ministros que militen en el Espíritu (2ª. a Corintios 10.3-5). 

 

SIGNIFICADO DE

LA LEY

(Solo para ministros de la iglesia)

 

 

La ley no justifica:

  1. Por el camino de la ley no podemos alcanzar Su gracia y Su verdad, porque éstas sólo vienen por medio de Jesucristo (Juan 1:17).
  2. Aunque cumpliéramos  toda la ley de Moisés, nunca podríamos ser justificados por ello. Lo mismo será si solamente cumplimos un mandato, porque la justificación del hombre está en Jesucristo, no en la ley (Hechos 13:39).
  3. Quienes se someten a un mandamiento de la ley, deben saber lo que la ley les dice a ellos, para que la cumplan toda, sabiendo esto: Hagan lo que hagan, recibirán sentencia de culpabilidad delante de Dios y deberán callarse (Romanos 3:19). Pueden seguir presentando acusaciones, reprimendas y condenación hacia mí; pero allá no podrán argumentar nada a su favor.
  4. Nunca serás declarado justo por cumplir con alguna  ordenanza de la ley (Romanos 3:20).
  5. Varios ministros me han expresado su convicción de que son justos por obrar un mandato de la ley. Están equivocados, ya que Dios dice claramente que por obras de la ley nadie  será justificado (Romanos 3:28).
  6. Quienes se consideran justos por someterse a algún punto de la ley, por ejemplo el pago del diezmo, están estableciendo su propia justicia, e ignorando la que Dios ofrece por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 10:3).
  7. Somos justificados solo por creer en Cristo. Esto es porque la ley se terminó con Cristo  (Romanos 10:4). En Reina-Valera la palabra “fin” se refiere a “término o final”, no a un propósito, no a un objetivo. Esto se comprueba fácilmente consultando versiones en inglés, que dicen “end”, y aun la misma 1550 Stephanus greek new testament, que dice “telos”, es decir “final”.
  8. Nadie puede ser justificado por practicar alguna obra de la ley, y sin embargo, existen muchos ministros que creen ser justos por hacerlo (Gálatas 2:16).
  9. Quienes buscan ser justificados en Cristo, son hallados pecadores si se someten a alguna ordenanza de la ley (Gálatas 2:17).
  10. El que practica alguna obra de la ley o toda, puede vivir por ella; pero no es justificado para con Dios (Gálatas 3:11-12). Este es el caso muy común de quienes son bendecidos por pagar el diezmo, lo cual se explica en el punto número 20.
  11. Las diversas ordenanzas de la ley no pueden hacer perfectos a los que se acercan continuamente con los mismos sacrificios, porque la ley es solamente una sombra (Hebreos 10:1) débil e ineficaz (Hebreos 7.19-20).
  12. Antes de que Jesucristo le fuese revelado por el Padre, Saulo de Tarso era irreprensible en cuanto a la justicia que es por la ley (Filipenses 3:6); pero se dio cuenta que por ella no podía ser justificado, y la tiró como si fuese basura (v.8).

 

La promesa no se recibe por la ley:

  1. La promesa de la cual podríamos ser herederos, fue hecha por Dios a Abraham por su fe, no por la ley (Romanos 4:13).
  2. Dios no va a suministrar el Espíritu ni a hacer maravillas entre nosotros, mientras estemos sometidos a alguna obra de la ley (Gálatas 3:5).
  3. Son hijos de Abraham y reciben las bendiciones prometidas a él, los que creen en Jesucristo,  no los que se someten a alguna ordenanza de la ley (Gálatas 3:7-9).
  4. La promesa dada a Abraham de que los gentiles recibiríamos el  Espíritu, nos alcanzará si es que estamos en Cristo Jesús, pero no la recibiremos si estamos en la ley  (Gálatas 3:14).
  5. La herencia que Dios prometió a Abraham para los gentiles,  se puede alcanzar por la promesa, no por sujetarse a alguna ordenanza de la ley (Gálatas 3:18).
  6. Cumplir con algún mandamiento de la ley no nos hace hijos de Dios. Para ello, la fe en Jesucristo es suficiente (Gálatas 3:26).
  7. Los que viven sometidos a la ley en alguno de sus mandamientos, no pueden recibir la adopción de hijos, ni puede Dios enviar a sus corazones el Espíritu de Su hijo, porque no han sido redimidos de estar bajo la maldición de la ley (Gálatas 4:5-6).

 

Consecuencias por sujetarse a algún mandamiento de la ley:

  1. A quienes se sujetan al mandamiento de pagar el diezmo estipulado en la ley, Dios los bendice, claro que sí, pero lo hace pagándoles un salario de deuda, no de gracia (Romanos 4:4), ya que en la ley no puedes encontrar gracia ni verdad (Juan 1:17).
  2. Los que se someten a algún mandato de la ley, hacen vana la fe, anulan la promesa y no son herederos (Romanos 4:14).
  3. Si no nos sometiéramos a ninguna ordenanza de la ley, no se produciría ira en nosotros, ni seríamos acusados como transgresores. (Romanos 4:15). Coincide con el punto 82.
  4. Cuando usted se somete a alguna ordenanza de la ley, el pecado se enseñorea de usted y no está bajo la gracia (Romanos 6:14).
  5. Quienes se someten a algún mandamiento de la ley, no han sido libertados del pecado ni hechos siervos de Dios. Tampoco tienen el fruto de la santificación ni la vida eterna (Romanos 6:22).
  6. Si usted se somete a algún mandamiento de la ley, la ley se va a enseñorear de usted durante toda su vida (Romanos 7:1).
  7. Usted no puede ser de Cristo ni llevar fruto para Dios, mientras no haya muerto a la ley, aunque solo sea por someterse a una ordenanza (Romanos 7:4).
  8. Quienes obedecen algún mandato de la ley andan conforme a la carne, no conforme al Espíritu, por lo tanto, sí hay condenación para ellos (Romanos 8:1).
  9. Mientras te sometas a alguna ordenanza de la ley, no podrás condenar al pecado que hay en ti, porque la ley es débil para eso, pero Jesucristo sí puede (Romanos 8:3).
  10. Los que se someten a la ley en alguno de sus mandatos, están pensando en la carne, por lo tanto,  no son del Espíritu (Romanos 8:5).
  11. Nuestra naturaleza humana no puede someterse a la ley dada por Dios a Moisés (Romanos 8:7).
  12. Cuando te sometes a alguna ordenanza de la ley, estás siguiendo un evangelio diferente al de Jesucristo, y te apartas del Padre (Gálatas 1:6).
  13. Quienes perturban a las ovejas imponiéndoles algún mandamiento de la ley, están pervirtiendo el evangelio de Cristo (Gálatas 1:7).
  14. Los que reducen a las ovejas a la esclavitud de la ley con cualquiera de sus mandamientos, son falsos hermanos (Gálatas 2:4).
  15. Los líderes que obligan a la iglesia a practicar la religión judía, no andan rectamente conforme a la verdad del evangelio de Cristo (Gálatas 2:14).
  16. El que practica cualquier mandamiento de la ley, no está muerto para la ley, y por lo tanto, no puede vivir para Dios (Gálatas 2:19).
  17. Quienes buscan la justicia por cumplir con algún mandamiento de la ley, Cristo no vive en ellos porque han desechado la gracia de Dios, y por demás murió Cristo para ellos (Gálatas 2:20-21).
  18. La verdad del evangelio es que Cristo murió crucificado para nuestra salvación, y quienes están fascinados por algún mandamiento de la ley no obedecen a la verdad (Gálatas 3:1).
  19. Quienes habiendo empezado por el Espíritu al aceptar la salvación por medio de Jesucristo crucificado, pero luego se van a alguna obra de la ley, están terminando en la carne (Gálatas 3:2-3).
  20. Los “cristianos” que practican alguna obra de la ley, están bajo maldición (Gálatas 3:10).
  21. Quienes todavía practican alguna ordenanza de la ley, no están verdaderamente redimidos por Cristo (Gálatas 3:13), y las maldiciones de la ley siguen estando sobre ellos (Deut. 28).
  22. Aunque  la ley no es contraria a las promesas de Dios, tampoco puede vivificar ni justificar a quienes la practican (Gálatas 3:21).
  23. Los “cristianos” que todavía hoy están confinados bajo la ley por practicar alguna de sus ordenanzas, continúan encerrados a pesar de que la fe ya vino  (Gálatas 3:23).
  24. Quienes empiezan a asistir a la iglesia por haber aceptado a Jesús, y  luego son enseñados a practicar alguna ordenanza de la ley y la aceptan, se convierten en  esclavos, no en hijos libres. En consecuencia, no son herederos (Gálatas 4:7, 24 y 30).
  25. Cuando aceptamos a Jesucristo, fuimos reconocidos por Dios; pero si después nos volvimos a esclavizar a los débiles y pobres rudimentos de algún mandato de la ley, la conversión inicial resulta en vano (Gálatas 4:8-11).
  26. Los líderes que todavía hoy imponen a la iglesia alguna ordenanza de la ley, no entienden lo que la ley significa (Gálatas 4:21-31).
  27. Los que se someten a algún mandamiento del viejo pacto, el cual fue dado a Moisés en el monte Sinaí, son esclavos (Gálatas 4:24-25). Nosotros no debiéramos acercarnos a ese monte (Hebreos 12.18-24).
  28. También ahora, los que viven sometidos a la ley, esto es según la carne, persiguen a los que nacieron según el Espíritu (Gálatas 4:29). Así me lo han manifestado algunos líderes que no cobran el diezmo,  pues son fuertemente criticados por quienes sí lo cobran.
  29. Por el camino de la ley nunca podremos encontrar la puerta estrecha en nuestra búsqueda del reino de los cielos y su justicia, ya que las mejores promesas del nuevo pacto y las abundantes riquezas espirituales que en él hay, únicamente la pueden heredar los hijos de la libre, no los de la esclava. (Gálatas 4:30-31 y 24).
  30. La circuncisión fue dada como señal antes que la ley y no es parte de ella. Sin embargo, todo hombre que se circuncida o se somete a algún punto de la ley, está obligado a guardarla toda y de nada le aprovecha Cristo (Gálatas 5:2-3). Lo mismo sucede con el diezmo, porque el argumento de que éste fue practicado antes de que se diera la ley, carece de validez al igual que la circuncisión.
  31. Los que se consideran justos por practicar alguna ordenanza de la ley, están desligados de Cristo, cayeron de la gracia (Gálatas 5:4). También aquí Pablo es coincidente con Juan 1:17.
  32. Las obras de la ley valen nada para estar en Cristo Jesús. La esperanza de ser justificados se aguarda por la fe en Jesús, no por obrar la ley (Gálatas 5:5-6).
  33. Quienes todavía hoy predican cualquier mandamiento de la ley,  están tropezando con la cruz de Cristo (Gálatas 5:11).
  34. Los que viven sometidos a la carne por practicar algún mandato de la ley, no pueden heredar el reino de los cielos (Gálatas 5:19-21).
  35. Quienes viven sujetos a algún mandato de la ley, están impedidos para obtener los frutos del Espíritu,  así como tampoco pueden andar ni vivir por Él (Gálatas 5:22-25). Hay inconversos que aman, se gozan de la vida, son pacientes, benignos, bondadosos, dicen tener fe en Dios, son mansos y templados; pero todo eso lo tienen como dones naturales, no como frutos del Espíritu. Esto mismo sucede con muchos líderes de iglesia y ovejas.
  36. Quienes están sometidos a alguna ordenanza de la ley están sembrando para la carne, y no pueden cosechar vida eterna (Gálatas 6:7-8).
  37. Cuando el apóstol Pablo entendió lo que la ley significa, habiéndola comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo, todo lo que por su cumplimiento irreprensible de la ley eran sus riquezas, lo tuvo por basura y lo tiró, como requisito para poder ganar a Cristo para sí mismo, de manera que pudiese ser hallado en ÉL. Por lo tanto, quienes en la actualidad se consideran justos por practicar algún mandato de la ley, no son hallados en Cristo sino en la ley (Filipenses 3:8-9), no son nuevas criaturas y sí hay condenación para ellos (Romanos 8.1).
  38. Quienes en verdad no han muerto con Cristo, se someten  (Col. 2:20-23)

a) A algún rudimento de la ley de Moisés,

b)  a mandamientos y doctrinas de hombres,

c) a un duro trato del cuerpo.

  1. Quienes todavía predican alguna ordenanza de la ley, es porque no entienden de lo que hablan ni lo que afirman (1a. a Timoteo 1:7).
  2. Quienes imponen algún mandamiento de la ley a los que habían sido redimidos por Cristo de esa maldición, están haciendo un uso ilegítimo de ella, porque la ley para que sea buena, debe aplicarse a otros  (1ª. a Timoteo 1:8-10).
  3. Los ministros de la religión judía que imponen el diezmo obligatorio en las iglesias “cristianas”, están enseñando lo que no conviene, y al obtener esta  ganancia deshonesta se convierten en habladores de vanidades y engañadores (Tito 1:10-11).
  4. Los ministros de iglesias cristianas que reciben los diezmos obligatorios establecidos en la ley, se constituyen en usurpadores del sacerdocio levítico, abandonando por ese acto el sacerdocio de Melquisedec (Hebreos 7:1-5).
  5. Al pagarse los diezmos al pastor (o a cualquier otro ministro), se está estableciendo una relación de “tú eres menor que yo, yo soy mayor que tú. (Hebreos 7:7). De acuerdo con el evangelio de Jesús, esta relación no debe darse entre sus discípulos.
  6. Considerar que en Hebreos 7.8 se está hablando de que la iglesia primitiva tenía por costumbre cobrar el diezmo, es una apreciación incorrecta, para entender lo cual le recomiendo que consulte el “aquí” y el “alli” de Reina-Valera en otras versiones, como por ejemplo NVI y Castilian.
  7. Dado que la perfección no se obtiene a través del sacerdocio levítico, quienes imponen a la congregación el pago obligatorio del diezmo establecido en la ley, están menospreciando el sacerdocio de Jesucristo (Hebreos 7:11).
  8. Si cuando la ley estaba vigente, Dios no se agradó de todo aquello que el pueblo le ofreció en cumplimiento de lo que Él mismo había mandado, mucho menos se agradará si se le presenta alguna de esas ofrendas ahora que la ley ya está anulada a través del cuerpo de Cristo (Hebreos 10:5-8).
  9. Quienes se someten a algún mandamiento de la ley, pisotean al hijo de Dios, tienen por inmunda su Sangre y afrentan al Espíritu de la gracia. Por todo ello, recibirán un castigo mayor que el estipulado en la ley cuando caigan en manos del Dios vivo (Hebreos 10:28-31), esto es el día del juicio.
  10. Los que sirven al tabernáculo, es decir los que practican alguna ordenanza de la ley, no tienen derecho a participar de la Cena del Señor (Hebreos 13:10).
  11. Los que se someten a un punto de la ley, deben cumplirla toda (Santiago 2:10 y gálatas 3:10).
  12. Quienes imponen  el pago obligatorio de los diezmos, están reteniendo la doctrina de Balaam porque enseñan a las ovejas a cometer fornicación (Apocalipsis 2:14) con la ley.  Esto lo hacen porque no encuentran ninguna otra manera para obtener altos ingresos, pues no confían en que las ofrendas voluntarias pudieran ser suficientes. Exactamente así me lo han expresado algunos ministros, muy sobresaltados por la sola idea de reconocer y anunciar que el diezmo está anulado.

 

Anulación de la ley:

  1. La ley se terminó porque ya vino Cristo (Romanos 10:4). “End”.
  2. La simiente a quien fue hecha la promesa es Jesús y ya vino, por lo tanto, ya se le cumplió el plazo de vigencia a la ley (Gálatas 3:19).
  3. La ley fue nuestro ayo para llevarnos a Cristo, y ese propósito ya se cumplió. Por lo tanto, ya no necesitamos que la ley nos guíe y nos enseñe (Gálatas 3:24-25).
  4. Para poder hacer la paz entre los hombres, fue necesario que Jesucristo hiciera con gentiles y judíos un solo pueblo, de manera que en lo que a Él corresponde, terminó con las enemistades entre ambos. Y para esto, Jesucristo tuvo que abolir todos los mandamientos y ordenanzas dados a Moisés en la ley (Efesios 2:15).
  5. La ley de Moisés es el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, y la cual Cristo quitó de en medio y la anuló clavándola en la cruz (Colosenses 2:14-15).
  6. Las ordenanzas de la ley solo son sombra de las cosas; pero la esencia verdadera se halla en Cristo  (Colosenses 2:17 NVI).
  7. Dado que ya se cambió el sacerdocio levítico por el de Melquisedec, en consecuencia ha cambiado la ley que lo estableció, junto con todas sus ordenanzas (Hebreos 7:12).
  8. En el contexto de todo el capítulo 7, el asunto principal que se está tratando es el de la anulación de los mandamientos estipulados en la ley (Hebreos 7:1-28).
  9. Las tres causas por las que ahora está abrogado el mandamiento anterior sobre el sacerdocio levítico y el diezmo estipulados en la ley son: (Hebreos 7:18-19)
  1. Debilidad e ineficacia,
  2. La ley a nadie perfecciona, y
  3. Con Jesucristo se introduce una mejor esperanza.
  1. Jesús habló de un nuevo pacto en su Sangre, por lo cual al otro se le llama viejo pacto, y estaba tan próximo a desaparecer, como lo estuvo su muerte en la cruz (Hebreos 8:13).
  2. El nuevo testamento en la Sangre de Jesucristo entró en vigor precisamente en el momento en que Jesús murió en la cruz (Hebreos 9:16-17), anulando el antiguo.
  3. Lo primero –esto es las diversas ordenanzas de la ley- fue quitado al establecerse esto último, consistente en que Jesús vino para hacer la voluntad de Dios (Hebreos 10:8-9).

 

Algunos pasos para andar en el Espíritu:

  1. Si estamos sometidos a alguna ordenanza de la ley, Moisés nos sigue acusando delante del Padre. Para que ya no ocurra esto, nos conviene poner nuestra esperanza en Jesucristo y no en la ley (Juan 5:45).
  2. Para poder servir bajo el régimen nuevo del Espíritu, es preciso liberarnos de la ley, lo cual se conquista cuando ya no estamos sujetos a ninguno de sus mandamientos (Romanos 7:6).
  3. La única manera de salir del “entendimiento embotado”, es convertirse verdaderamente de la ley a Cristo  (2ª. a Corintios 3:14-16).
  4. Para lograr que la congregación permanezca en la verdad del evangelio de Jesucristo, los ministros competentes del nuevo pacto no deben someterse nunca a los falsos hermanos que quieren esclavizarnos en algún mandamiento de la ley (Gálatas 2:4-5).
  5. Sería muy útil para usted identificar cuáles son las obras de la ley que se practican en su iglesia (Gálatas 2:16), a fin de terminar con ellas.
  6. Debemos desligarnos absolutamente de todas las ordenanzas de la ley, para que Aquel que puede hacerlo, nos suministre el Espíritu y haga maravillas entre nosotros (Gálatas 3:5).
  7. Es preciso abandonar la ley para que los cristianos no permanezcan en condición de niñez espiritual, porque la madurez es un requisito para que los herederos  puedan recibir la adopción de hijos (Gálatas 4:1-5).
  8. Dios exhorta a los creyentes de hoy a través de Pablo, a que ya no estemos sometidos a la ley en ninguna de sus ordenanzas, así como Pablo mismo ya no lo estaba (Gálatas 4:12 versión italiana “Parola é vita”).
  9. Cristo no está bien formado en quienes todavía hoy se someten a algún punto de la ley. Es necesario volver a parirlos, que nazcan otra vez (Gálatas 4:19).
  10. La exhortación es para que ya no nos sujetemos al yugo de la esclavitud de la ley en ninguna de sus ordenanzas, sino que vivamos firmes en la libertad que Jesucristo conquistó para nosotros (Gálatas 5:1).
  11. Quienes quieran ser guiados  por el Espíritu, no se sometan a ningún punto de la ley (Gálatas 5:18).
  12. Los ministros competentes del nuevo pacto que actualmente enseñan a las ovejas a no someterse a ninguna ordenanza de la ley,  como consecuencia están padeciendo persecución a causa de la cruz de Cristo (Gálatas 4.29 y 6:12). Así me lo han expresado varios.
  13. Para conocer verdaderamente a Cristo, es necesario imitar a Pablo, quien se deshizo de la ley a la cual  antes estimaba de mucho valor, porque se dio cuenta que nada valía cumplir sus ordenanzas habiendo conocido a Cristo.  (Filipenses 3:7).
  14. La gloria del viejo pacto se acabó, pereció. La gloria del nuevo pacto es permanente, para siempre, por todos los siglos.  La esperanza que pueden tener los ministros competentes del nuevo pacto, es precisamente que esta gloria  permanece para siempre, no era solo para la iglesia primitiva (2ª. a Corintios 3:11-12 y Efesios 2:7).
  15. Buscar la justicia del reino, no la de la ley  (Mateo 6:33).

 

Conclusiones:

  1. A quienes todavía hoy leen la ley de Moisés, se les embota el entendimiento y se les pone un velo en el corazón (2ª. a Corintios 3:14-15), aunque consideren que son ministros “cristianos”. Por eso es que no pueden  entender lo que la ley significa. Esto es lo que le pasó a los ministros de Galacia.
  2. No nos conviene sujetarnos a los estatutos y decretos de la ley, porque no son buenos para nosotros, ni podemos vivir por ellos (Ezequiel 20:25). Por la gracia del nuevo pacto a través de Jesucristo, sí se puede.
  3. Quienes perturban a las ovejas enseñándoles a cumplir algún punto de la ley, llevarán una sentencia por ello (Gálatas 5:10). No hay influyentismos.
  4. Quienes desechen esta amonestación, no escaparán del castigo (Hebreos 12:25),  ya sean ovejas, cabritos  o ministros.
  5. Una cita muy importante  y que evidentemente no se ha entendido, es Gálatas 5.14. Quizá lo que sucede es que a muchos ministros les resulta más fácil cumplir aquellas ordenanzas, que amar a su prójimo como Jesús lo mandó (Juan 13.34 y 15.12, 1ª. de Juan 4.20), y así enseñarlo a guardar (Mateo 28.20).

 

 

Ministerio de Enseñanza “Nuevo Pacto”

Hno. Ramón Oliveros Ochoa

Hna. María Auxilio Carrillo Ibarra

Actualizado a Abril de 2014