21.- Iglesias gay

Si de aquello que solo era figura y sombra de las cosas celestiales, a Moisés le fue ordenado que lo hiciera conforme al modelo que se le mostró en el monte (Hebreos 7.44 y 8.5), ¡¡¡cuánto más nosotros!!!, si queremos ser ministros competentes del nuevo pacto, no de la letra de la ley (2ª. a Corintios 3.6), deberíamos obedecer al Señor (Juan 14.15), y edificar la iglesia de Jesucristo conforme al diseño que ÉL nos muestra en el nuevo testamento, porque Jesucristo no es mediador del viejo pacto (Hebreos 12.24), como tampoco es sacerdote levita del pacto antiguo (Hebreos 7.11).

 

Repetimos muchas veces que el Señor viene ¡pronto, ya!; pero eso no sucederá todavía mientras nosotros no hayamos predicado este evangelio del reino (Mateo 24.14), ni hayamos forzado a entrar (Lucas 14.23) a la plenitud de los gentiles (Romanos 11.25). ¿Está Israel bajo ataque? Es culpa de nosotros los “cristianos”, porque hemos nulificado la obra pacificadora de Jesús en la cruz entre Israel y los demás pueblos (Efesios 2.14-16), al hacer que las iglesias vivan en una mezcla de ambos pactos, siendo que Jesucristo ya abolió el antiguo (Efesios 2.15, Colosenses 2.14, Hebreos 7.18-19 y otras), porque cuando se hace un nuevo testamento, el anterior pierde su validez (Hechos 8.13).

 

Si viviéramos en la locura de la cruz como lo hicieron aquellos ministros competentes de la iglesia primitiva, Dios continuaría hoy y durante todas las generaciones (Efesios 2.7) destruyendo la sabiduría de los sabios y el entendimiento de los entendidos, por las demostraciones de poder (1ª. a Corintios 1.19 y 18, 2.4-5 y 4.20), manifestadas a través de ministros aprobados (Hebreos 2.4). Haciéndolo así, la iglesia cumpliría su misión en este mundo ante los principados y potestades celestiales (Efesios 3.10) que todavía lo gobiernan por la escasez de ministros que militen en el Espíritu (2ª. a Corintios 10.3-5). 

 

LAS IGLESIAS NORMALES Y

LAS IGLESIAS GAY

(Solo para ministros de la iglesia)

 

1 ¡Qué sorpresa! Estoy navegando en Internet, buscando e-mails de iglesias cristianas para enviarles los artículos que he estado escribiendo, y me encuentro con una página que se presenta como un instituto bíblico cristiano, afirmando que Dios los acepta como son, con su identidad sexual (frase que repiten varias veces). ¡Afirman que se puede ser un gay santo y una lesbiana santa!

 

2 Sorprendido al extremo por tal afirmación, yo me pregunté:

 

  1. ¿Cómo puede ser posible que exista alguien que conoce la palabra, afirmando tal aberración?
  2. ¿Cómo es posible que las iglesias cristianas hayan engendrado y dado a luz este tipo de “cristianos”?

 

3 La respuesta llegó a mi mente en forma inmediata, entendiendo qué sucedió para que esta realidad se presentara:

 

4 Hace tiempo, un día cualquiera, estas personas recibieron la predicación acerca de la salvación que está al alcance de todos por medio del Señor Jesucristo. Muy probablemente repitieron una oración después de la cual se les aseguró que “ya eres salvo”, “ya eres hijo de Dios”, “tu salvación está asegurada”, y empezaron a asistir a una iglesia. Algunas áreas de su vida fueron sanadas, vivían una nueva etapa de sus vidas en un ambiente cristiano, trataron de ocultar sus inclinaciones sexuales o quizá creyeron que “eso” ya había quedado atrás. Inclusive muy probablemente oraron en lenguas, lo cual era una prueba de haber recibido el bautismo en el Espíritu Santo, según las enseñanzas que se les dieron.

 

5 No mucho tiempo después, “cayeron” en el pecado de lujuria hombres con hombres, mujeres con mujeres, y arrepentidos, oraron pidiendo perdón a Dios. La “lucha” continuó así durante un lapso en el cual volvieron a caer. De alguna manera, el conocimiento de la palabra les llevó en algún momento a creer que, como Dios es rico en misericordia y lento para la ira, en realidad Dios les acepta como son y Jesús ya pagó por todos sus pecados, no solamente por los pasados de cuando estaban en el mundo, sino también por los de ahora que están dentro de la iglesia,  y por los del mañana.

 

6 Es tal la convicción que tienen a este respecto, que ahora no ocultando su condición, lo publican como algo natural, y seguramente están ganando muchos nuevos creyentes “para Cristo” que tienen la misma inclinación sexual que ellos.

 

7 Lo anteriormente expuesto responde a la primera pregunta. Ahora pasemos a revisar lo que se cuestiona en la segunda:

 

8 Las iglesias cristianas han engendrado y dado a luz este tipo de cristianos por una razón fundamental, entre otras: Los líderes no ministran liberación efectiva a los nuevos creyentes, les reciben tal como vienen (lo cual es correcto), llenos de demonios (así llegamos todos), y les empiezan a predicar lo mismo que a los creyentes que ya tienen tiempo; los cuales –se supone- deberían tener una condición espiritual avanzada, libre de influencias malignas, porque ya habrían sido transformados de cabritos en ovejas.

 

9 En estas circunstancias, lo que sucede es que los líderes de las iglesias están enseñando la palabra de Dios a los demonios que tienen las personas (Mateo 7.6), entre los cuales hay algunos que se niegan a ser expulsados, se ocultan con disfraces muy sofisticados, de tal manera que en algún momento, por torcer alguna palabra, hacen que la persona llegue a la conclusión de ser acepto ante Dios tal cual es. Con esto me refiero no solamente a los gay, sino también a cualquier otro pecado en el que viva una persona, ya sea orgullo, vanidad, mentira,  engaño, avaricia, ostentación, vanidad, nicolaitismo, balaamismo, jezabelismo, etc.

 

10 Cuando los demonios de homosexualidad-lesbianismo se manifestaron proclamando que Dios acepta a los creyentes así, obviamente las iglesias que se consideran “normales” no los aceptaron, y aquellos habiendo sido rechazados, tuvieron que salirse de las iglesias “normales” y formar la suya propia. Como resultado, ahora tenemos a demonios gay predicando la palabra en iglesias gay a nuevos conversos que, si no son gay todavía, fácilmente caerán en llegar a serlo, total: Según creen, Dios los acepta así como son.

 

11 Los creyentes que se consideran “normales” saben sin lugar a dudas que tal doctrina es una herejía terrible, pues existen varios pasajes, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento, en los que se reprueba este tipo de prácticas que son abominación a Jehová. Sabemos con toda certeza que los homosexuales  no pueden heredar el Reino de los Cielos. Pero entiéndase que los avaros, los ladrones, los esclavos de la ley, los chismosos, los idólatras, etc., están en la misma situación que los gay, no encontrarán la puerta estrecha, aunque asistan muy fervorosamente a la iglesia.

 

12 Esta respuesta a la segunda pregunta planteada con antelación nos lleva a una tercera: ¿Cuál es la condición de algunas de las iglesias “normales” respecto a la presencia y actuación de otros tipos de demonios?

 

13 Como ya se planteó anteriormente, muchos líderes en las iglesias no ministran una liberación efectiva, pero esto abarca no solamente a los demonios gay, sino a toda la diversidad y gran variedad de manifestaciones de las huestes de maldad que funcionan a través de las personas. Dicho en otras palabras, cuando se predica a Jesús y vienen nuevas personas a las iglesias, todas vienen siendo cabritos, traen no solamente los demonios que cualquiera de nosotros puede ver porque son públicamente notorios,  como la drogadicción y el alcoholismo, sino también avaricia, orgullo, rencor, mentira, chisme, lujuria, pornografía, deslealtad, engaño, traición, adulterio, idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, iras, contiendas, etc.

 

14 Sabemos que quienes practican cualquiera de esos otros pecados, al igual que los gay, no podrán heredar el Reino de los Cielos.

 

15 ¿Y qué es lo que sucede en algunas iglesias “normales”, que no son gay? Sucede que estas huestes de seres malignos se han agazapado, se han disfrazado de ministros de luz, de cristianos fervorosos y funcionan encubiertamente en algunas iglesias, no se les descubre, no se les confronta, no se les echa fuera, no se ministra liberación para que se vayan los demonios y se queden las personas, ya liberadas.

 

16 Otra cosa que sucede en algunas iglesias “normales” es que tenemos a todo un ejército de demonios predicando la palabra a través de ministros, quienes  cada uno tiene “su situación de pecado muy particular”, la cual para sí mismo es justificada o por lo menos no le parece motivo suficiente como para  ensuciar un ministerio que debiera ser santo. Total, pues consideran que con solo pedirle perdón a Dios de todo corazón, ya están perdonados (Mateo 18.34-35).

 

17 Por lo tanto, si podemos justificar nuestros propios pecados y continuar ministrando, debiéramos también justificar a los gay; pero eso nos escandaliza, porque es injustificable. Sin embargo, tan pecado es uno como el otro, tan inaceptable es uno como debieran ser los otros. Y como el espíritu del pueblo es como el del sacerdote, tenemos entonces que algunas iglesias son adúlteras, avaras, engañadoras, ávidas de ganancias deshonestas, vanidosas, etc.

 

18 ¿Cómo es posible que se llegara a esta situación? Porque los institutos bíblicos que proveen ministros a las iglesias, los han probado en exámenes intelectuales y les dan su diploma de aprobación en teología, hermenéutica, apologética, exégesis, etc., por aprendizaje de conocimientos acerca de la palabra; mas no han probado a los alumnos en sus espíritus, si son de Dios. Lo mismo hacen algunas iglesias que nombran a ministros nuevos con base a cualidades humanas: Simpatía, elocuencia, conocimiento de las escrituras; pero no sabiduría espiritual, ni santidad, ni justicia, etc.

 

19 En realidad, las milicias carnales que se oponen al conocimiento espiritual de Dios, lo hacen a través de fortalezas, argumentos y altivez. Sin embargo, el enemigo no actúa, no se opone al conocimiento intelectual-teórico de Dios. Al contrario, lo facilita. Se opondría con un ejército poderoso allí donde empezara un conocimiento real, verdadero, auténtico de Dios.

 

20 Por esta razón es que aparecen anuncios como este: Ponga usted a funcionar su propio instituto bíblico, nosotros le ayudamos, es fácil, y puede hacerlo tan pronto como en treinta días.

 

21 No obstante, sabemos que Jesús viene por una iglesia santa, sin mancha, sin arruga ni cosa semejante, es decir por una iglesia  que no es como las “normales”. Ahora entiendo porqué Jesús le dirá a muchos (más de la mitad de los ministros): “Nunca os conocí”.

 

22 Para enterarse de otras razones por las cuales algunas iglesias han perdido el rumbo, solicite vía internet el estudio de la carta a los hebreos titulado “Hebreos del siglo 21” y “Líderes y Cristianos parcialmente convertidos”.

 

 

 

Ministerio de Enseñanza “Nuevo Pacto”

Hno. Ramón Oliveros Ochoa

Hna. María Auxilio Carrillo Ibarra

mayo 2011